La Educación Inicial contribuye a la formación integral del niño y
la niña en el contexto de la acción conjunta y coordinada de las diferentes
redes de atención de la comunidad y la familia. Su meta es promover
el intercambio de situaciones de aprendizaje y vivencias, que ayuden a
afianzar el crecimiento y desarrollo, los hábitos, la personalidad, individualidad
y desenvolvimiento social del niño y la niña.
En tal sentido, es importante considerar que los hábitos alimentarios,
higiene y estilos de vida saludables se asimilan e integran a la
personalidad durante los primeros años, consolidándose hasta perdurar
incluso en la edad adulta; de ahí la importancia de brindar una orientación
adecuada y oportuna a los/as niños, la familia y otros adultos
significativos responsables de la atención y cuido de los niños y las
niñas, en cuanto a qué y cómo hacer para promover la enseñanza aprendizaje
de hábitos saludables y valorarlos como herramientas que
ayudan a proteger y cuidar la salud.
1. ¿Qué es un Hábito?
Es un mecanismo estable que crea
destrezas o habilidades, es flexible y puede
ser utilizado en varias situaciones de la vida
diaria.
El proceso de formación de hábitos en
los niños y las niñas, se basa en la construcción
de rutinas en las cuales es importante
que los adultos tengan en cuenta los
siguientes aspectos: Definir cuáles son los hábitos que serán objeto del proceso de
enseñanza-aprendizaje: cómo, cuándo y dónde practicarlos. Estructurar los pasos o secuencias a seguir para su adecuada
implementación y práctica constante en la vida diaria. Dar a conocer la importancia y las ventajas de su práctica oportuna
y constante, por parte de los(as) niños(as) y la familia.
2. Beneficios que ofrece
- PREVENIR
-LOGRAR
-FORMAR
-VALORAR
-FOMENTAR
Actividades y rutinas a realizar antes,
durante y después de las comidas; Cuando se planifica en función de las experiencias alimentarias
hay que pensar en tres grandes momentos:
Experiencias sugeridas antes de las comidas:
— Informar a los niños y las niñas en relación al menú, en el caso
de los niños y las niñas menores de 3 años, igualmente se les
participa acerca del menú a servir, utilizando gestos y palabras
que denoten gusto por los alimentos. Estimularlos, para que de manera organizada y bajo la supervisión
de los adultos colaboren en los preparativos y preparación
de las comidas.
— Crear e implementar rutinas paso a paso, para el aprendizaje
de hábitos de higiene personal y ambiental como el lavado de
las manos previo y después de las comidas y después de ir al
baño, el cepillado de los dientes y para mantener el área del
comedor en adecuadas condiciones de higiene
— Evitar largos momentos de espera antes de las comidas, esto
produce inquietud y malestar, lo cual ocasiona que adultos y
niños(as) se estresen y se pierda así una oportunidad para
disfrutar una experiencia saludable; sentar a los niños a comer
solamente cuando la comida está servida.
El tiempo dedicado a las comidas debe oscilar entre 20 y 30 minutos,
en sus horarios respectivos, diferenciando las horas
ELKYN ALEXANDER GUAPACHO CARRANZA
No hay comentarios:
Publicar un comentario